Volviste hace muy poco de un viaje largo y estar de nuevo en casa no te deja del todo cómodo. Hay que readaptarse para poder apagar esa sensación de sentirse de ninguna parte, de no sentirte bien en casa pero tampoco saber a dónde volver.
Todo esto puede provocarte una tensión emocional y mental, donde sientas miedo, ansiedad, nostalgia y hasta incluso puede traducirse en síntomas físicos.
Pero no te preocupes. ¡No estas enfermo! Ni mucho menos.
Los últimos estudios que realizaron, en alguna universidad importante, en relación a esto demostraron un vínculo entre un exceso de dopamina en el cerebro y una tendencia a participar en comportamientos impulsivos y peligrosos. Ahora bien, este excedente se asocia a una variante en nuestros genes, una variante que genera una compulsión sana, que algunos entendemos como Wanderlust.
¿No habías escuchado hablar sobre Wanderlust?
El termino Wanderlust proviene del alemán (se originó de las palabras wandern que significa “caminata” y lust que significa “deseo”) y se refiere a la necesidad del ser humano de viajar, de aventurarse en lo desconocido para recuperar la capacidad de sorprendernos, sentir añoranza por un lugar en el que no has estado antes.
El tema es que cuando estamos en este punto entre la vuelta de un viaje y la salida de otro, la sociedad no nos ayuda mucho. La rutina te va a empezar a llamar de nuevo, a tentar para que te quedes, a que te compres algo que no necesitas.
Pero si hay de algo que sabemos nosotros es de esto. No va a ser la primera ni la última vez que dejemos todo para satisfacer este deseo. Es cuestión de animarse otra vez.
Entonces, cuando alguien te diga que estás loco por querer salir de nuevo y dejarlo todo (una vez más) para seguir conociendo el mundo, no le prestes atención. Hace la tuya, seguí tu impulso, que es algo natural y está basado en la biología humana.