Mujer viajera

Para muchas cosas, vivimos en un mundo que es bastante machista. Y aunque muchas veces que una mujer diga que se va de viaje sola asombra mucho más que lo plantee un hombre, desde mi experiencia son más las mujeres que viajan solas que los hombres que andan dando vueltas por ahí sin otra compañía más que su mochila. Es un buen momento para decir que todos los miedos, inseguridades y hasta los cuestionamientos por los que seguramente estás pasando, son completamente normales. Todas los pasamos, todas nos preguntamos cómo será ser mujer allá afuera, en un mundo que todavía no conocemos y, obviamente, todas tenemos a alguien que nos pregunta si no nos da miedo eso.Es raro. Nadie nos pregunta si nos da miedo gestar un bebé durante 9 meses dentro nuestro ni tampoco nos preguntan si nos da miedo parir, pero viajar solas… viajar solas es algo que sí nos tiene que dar miedo. O eso parece. Desde siempre, han habido viajeros que me preguntaban por destinos, por consejos o que simplemente tenían ganas de compartir algo conmigo. Sin embargo, hay algo que se repitió especialmente durante el tiempo que estuve de viaje y que sigue repitiéndose todo el tiempo: ¿qué onda ser mujer y viajar sola? Muchas chicas me cuentan que sus familias están felices de sus proyectos pero que les da mucho miedo el hecho de saber que van a viajar solas. En una ocasión hasta respondí sabiendo que la mamá de la chica en cuestión iba a leer lo que yo respondía sobre “ser de las mujeres que viajan solas”. Me siento como un disco que se quedó trabado y repite siempre la misma parte de la canción. Pero es así, es algo que es tan frecuente como normal. Es lógico. La mujer está considerada como “el sexo débil” y por eso nos ven más frágiles y vulnerables que a los hombres. Sí, puede ser cierto en algunas cosas, tal vez puede que no … pero sepan que todo lo que tenemos de frágiles y vulnerables lo tenemos de fuertes. Obvio, hay que reconocerlo: viajar por el mundo siendo mujer no es igual a que si fuésemos hombres. Las culturas de muchos países, por ejemplo, tienen diferentes percepciones respecto al rol de la mujer y poco tienen que ver con lo que acostumbramos en nuestra vida occidental. (¿Cómo será para las mujeres de Oriente que viajan solas? ¿Tendrán los mismos miedos respecto a la aceptación en las otras sociedades? ¡Me encantaría saberlo!) Y siempre está ese prejuicio sobre el trato que recibiremos de los hombres. Y no me refiero sólo a los que tienen una visión de la mujer totalmente diferente, sino también a los otros, a los que conocemos, a los que estamos acostumbradas. ¿O acaso nunca te planteaste cómo será dormir en habitaciones mixtas? No se dejen engañar. El mundo no es un lugar inseguro, eso es lo que nos quieren hacer creer y, por lo general, lo que nos dicen quienes no se animan a hacer lo que de verdad quieren y por eso, se la pasan desanimando a quienes sí lo intentamos. Ser una de las tantas mujeres que viajan solas no tiene que ser algo malo sino más bien todo lo contrario. Muchos deberían tomar como ejemplo nuestra fortaleza para dejar todo atrás y animarnos a descubrirnos a nosotras mismas de otra forma, a entender que tenemos el valor y la fortaleza para hacer las cosas por nosotras mismas y que sobre todo, somos capaces de afrontar los miedos y las “cláusulas” impuestas por la sociedad en la que vivimos. ¿Me vas a decir que el rol que nuestra sociedad le da a la mujer no te afecta en nada? ¿No te importa que todo el tiempo te estén preguntando qué va a pasar cuando tu reloj biológico empiece a marcarte las horas? No me mientas ni te mientas a vos misma: esas cosas siempre están dando vueltas en tu cabeza y sí, te afectan, sobre todo si tus planes son de un viaje sin límites de tiempos. Pero no te preocupes, son cosas lógicas, como te dije, a todas nos pasaron y sino, ya nos van a pasar. Sólo hay que encontrar la manera de ver cómo manejarlas, poder respondernos a nosotras mismas todas esas preguntas que nos hacemos (y que nos hacen) para tener las respuestas que necesitamos y decidir qué hacer con nuestros planes de vida. Para mí, siempre hay tiempo para hacer lo que uno quiere, para jugársela por lo que nos hace felices. Y sí, es cierto que tal vez la edad para formar una familia, por ejemplo, nos limita mucho más que a los hombres pero eso no quiere decir que no podamos hacer ambas cosas. ¡Incluso hay muchas mujeres que se animan a viajar solas aún después de tener hijos! A esas, las aplaudo de pie. De verdad. Si nos ponemos a pensar, no hay más prejuicios que los que nosotras mismos nos ponemos. No hay más obstáculos que nuestros propios miedos y no hay nadie que vaya a venir a cambiar eso si nosotras no queremos hacerlo. Anímate, hay mucha generosidad allá afuera y te vas a dar cuenta que ser mujer y viajar sola tiene muchos más beneficios de lo que creemos. No te olvides de que tenemos nuestros encantos y hay cosas que pueden resultarnos más fáciles a nosotras que a los hombres. Y un secreto: ellos lo saben.   Escrito por Maru Mutti enero 29, 2014 Fuente: https://bitacora-viajera.com/mujeres-que-viajan-solas/